Llevo afiliado al PSPV-PSOE desde el año 1982,
participé activamente en la reconstrucción del movimiento sindical de clase
desde la clandestinidad, llevo cotizando regularmente a la Seguridad Social
desde el año 1975, y nunca, nunca, he tenido ningún cargo público, ni concejal,
ni diputado, ni senador, ni eurodiputado, ni director general, ni jefe de
servicio, ni jefe de sección, ni siquiera jefe de negociado, ni siquiera he ido
en ninguna lista electoral de ningún tipo, ni tan solo en los puestos llamados «de
relleno». Nunca he cobrado ni una peseta en su día, ni ningún euro por cargo
público alguno. Tengo dos hijos, los dos trabajando en empresas privadas, los
dos en el extranjero. No le debo nada a mi partido, salvo mi gratitud por
mejorar la vida de la gente. Creo que puedo considerarme un militante de base
del PSPV.
Como militante de base me afilié a mi partido porque
siempre he considerado que los partidos políticos de izquierda y los sindicatos
de clase son las organizaciones que los trabajadores, los desposeídos, los que
no tienen voz ni fuerza por sí mismos tienen. Son los instrumentos útiles para
cambiar la sociedad, para mejorar las condiciones de vida de la clase
trabajadora, para avanzar en el estado de bienestar que garantiza la igualdad
de oportunidades entre ricos y pobres.
He asistido y participado siempre que he podido en
los grandes debates de mi partido, recuerdo el debate sobre «marxismo si,
marxismo no» del PSOE, que provocó la dimisión de Felipe González como secretario general,
participé activamente en el debate sobre el ingreso o no en la OTAN, para mí
han sido dos grandes debates políticos de profundidad, de carácter estratégico,
y en esos dos debates que suponían reorientar a nuestro partido de cara al
futuro no observé el nivel de tensión que se ha vivido en el último proceso de
primarias del PSOE, y yo creo modestamente que eran mucho más importantes para
el partido y su futuro que el proceso actual de primarias.
Creo como militante de base que la preferencia por
cualquier candidato que se presente a primarias no debe suponer el
enfrentamiento fraticida que ha supuesto este proceso, optar por un candidato
no supone equivocarse, es una opción libre a la que cada afiliado tiene
derecho.
Aquí en la Comunidad Valenciana tras 20 años de
desgobierno del PP por fin tenemos un gobierno decente y honesto que trabaja
para mejorar la vida de los valencianos y valencianas, presidido por un
socialista, Ximo Puig, y que es nuestro actual secretario
general.
Los ciudadanos castigan la división interna en los
partidos, esa es una tónica general en toda democracia, e intentar plantear a
estas alturas una bicefalia en el PSPV no obedece a ninguna necesidad urgente
en mi partido, de hecho no se ha planteado esa necesidad hasta que las
primarias entre Pedro Sanchez y Susana Díaz finalizaron.
Desde mi punto de vista, las primarias valencianas
se han planteado a modo de venganza y castigo por la apuesta de Ximo Puig por
la líder andaluza en aquel proceso.
¿Acaso los que plantean la necesidad de separar el
cargo de secretario general y presidente del Consell se lo plantearán a Pedro
Sanchez en su momento? La respuesta es un rotundo no.
Yo creo en un PSPV fuerte, autónomo, capaz de
mejorar la vida de las y los valencianos, por ero me parece una insensatez
intentar descabalgar a Puig de la Secretaría General del PSPV.
¿Si el aspirante García lograra ser secretario
general del PSPV dinamitaría el pacto del Botánico? Él ya ha dicho que lo da
por amortizado.
Si el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha comentado que desde la
dirección federal no se intervendrá en el proceso valenciano, a que se deben
los constantes apoyos de miembros de la dirección federal del PSOE, como Susana Ros, Odón Elorza y hasta la mismísima
Vicesecretaria general Adriana Lastra al candidato García?
Repito, yo quiero un PSPV, fuerte, autónomo en su
toma de posiciones, no sucursalista de nadie, ni de aquí, ni de Madrid, por eso
yo votaré a Ximo Puig.
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