Hace poco más de tres años el PP alcanzaba la mayoría más absoluta que jamás la derecha había obtenido
en España.
La grave crisis económica que azotaba
y azota a nuestro país, miles de desempleados cada día, las últimas medidas del
gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que desorientaron a sus votantes y la
sensación de que hacía falta urgentemente un cambio de gobierno jaleada desde
la prensa, hicieron posible tan buen resultado.
La campaña electoral del PP consistía
en repetir machaconamente que no habría re- cortes en sanidad, en educación, en
pensiones y que no se reducirían los salarios de los empleados públicos, y
que sabían lo que había que hacer para
salir de la crisis y crear empleo.
A los pocos días de tomar posesión
como jefe de gobierno, Mariano Rajoy, despejó las dudas sobre la verosimilitud
de su campaña, anunció recortes en sanidad, en educación, en pensiones y rebajó
los salarios de los empleados públicos.
La excusa fue la herencia recibida,
que el PSOE había ocultado datos sobre el déficit público, y que éste se había
disparado con su gestión. Lo que no dijo Mariano Rajoy era que las autonomías
que más contribuyeron a disparar el déficit público fueron las gobernadas por
el PP desde hacía muchos años.
Además promulgó la reforma laboral
más salvaje planteada en nuestro país, que justamente facilitó y abarató el
despido y que supuso más de millón y medio de nuevos desempleados.
Entre los recortes en sanidad cabe
recordar la medida más inhumana del PP, arrojar fuera del sistema sanitario a
todos los inmigrantes cuya estancia en España era irregular, más de 800.000
personas dejaron de tener cobertura sanitaria convirtiéndose en una bomba
antisanitaria, al dejar de estar
controladas sus patologías con el consiguiente riesgo de contagios etc.
Promulgó una reforma educativa (La
Ley Wert) que ha supuesto el rechazo de
toda la comunidad educativa por los recortes que en esta materia ha efectuado.
Dificultó el acceso gratuito a la justicia con el tasazo judicial de Gallardón,
y el ministro Gallardón envalentonado se empeñó en darle la razón a su padre
cuando decía que el de derechas de verdad era su hijo, elaborando la fanática
ley de protección al no nacido y de
protección de los derechos de la embazada, que nos retrotraía a situaciones
anteriores a la primara legalización del aborto efectuada por el PSOE de Felipe
González.
Congeló las Ofertas Públicas de
Empleo, no repuso las plazas vacantes por jubilación y aplicó con el máximo
rigor la reforma laboral a los empleados públicos, lo que ha supuesto la
desaparición de más de 400.000 puestos de trabajo en todas las
administraciones.
Todo ello realizado con saña, con el
propósito de hacer recaer la salida de la crisis sobre las clases más
desfavorecidas, asfixiando
económicamente los servicios públicos, desarrollando simultáneamente una política
de privatización y externalización de la
provisión de los mismos.
Mientras tanto, la ministra de
sanidad, Ana Mato, desconocía la propiedad de un vehículo marca “Jaguar” en su
garaje privado, estallaban los
escándalos de financiación ilegal del PP, el llamado caso Gürtel, en nuestra comunidad los escándalos de Fabra de
Castellón, del president Camps , el escándalo Brugal en Alicante, el caso NOOS
en Valencia; escándalos todos ellos que han determinado la dimisión de Camps de
la Presidencia de la Generalitat, de Carlos Fabra de la Presidencia de la
Diputación de Castellón, de Sonia Castedo de la Alcaldía de Alicante y de
Alfonso Grau de la Vicealcaldía de Valencia, finalmente la Ministra Ana Mato
también dimitió.
El PP sabía que todos estos escándalos le
restaban credibilidad social, pero confiaba en que la recuperación económica
supondría la creación de miles de puestos de trabajo y el pueblo le perdonaría
su política y su corrupción, pero el crecimiento económico es muy débil, y el
empleo que se crea es muy precario, solo el 5% del empleo creado es de carácter
fijo, y sus salarios son de miseria. En este estado de cosas se han celebrado
las elecciones autonómicas en Andalucía, y el PSOE las ha vuelto a ganar,
mientras el PP ha sufrido un durísimo varapalo, ahora la derecha ya no va toda
unida, ahora la derecha se fracciona, el auge de Ciudadanos preocupa muy
profundamente a los dirigentes y las bases del PP, y tienen serios motivos para
preocuparse.
Y ahora el PP, con una cara dura sin
límites, intenta ofrecer una visión más centrista, alejarse de las posiciones
más claramente derechistas, sectarias y fanáticas y nos anuncia una serie de
rectificaciones en sus políticas. Da marcha atrás a la reforma de Gallardón
sobre el aborto, lo que provocó también su dimisión,
aunque todavía está por resolver la bronca interna de su grupo de diputados
sobre este asunto y suaviza de paso el tasazo judicial del dimitido, anuncia
que los inmigrantes de carácter irregular volverán a ser atendidos por el
Sistema Nacional de Salud, anuncia hasta una Oferta Pública de Empleo que
afectará a 11.000 personas entre nuevas plazas y promociones internas.
Y todo ello sin ninguna explicación,
sin pedir perdón por el dolor causado, sin valorar que esas políticas no
resolvían los problemas, sino que creaban otros nuevos, sin valorar la
crispación que han introducido en nuestra sociedad, yo solo espero que en las
elecciones autonómicas y locales del mes de Mayo y más tarde las generales,
todas estas tropelías no queden impunes, y que les devolvamos golpe por golpe
en forma de votos progresistas y los desalojemos definitivamente de los
gobiernos, porque del poder real, tardará un poquito más.
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